Skip to main content

Los niños y adolescentes son uno de los grupos de población que más riesgo tienen ante la pandemia del COVID-19. Ansiedad, miedo, problemas para dormir… son algunas de las reacciones más comunes fruto de la adaptación a tantos cambios. Desde El Puente Salud Mental Valladolid y conscientes de la necesidad de mejorar el estado emocional de niños y adolescentes, hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización ‘Habitantes de un nuevo mundo’, financiada por la Diputación de Valladolid. Uno de los recursos que incluye son un par de vídeos con pautas y recomendaciones para mejorar la salud mental de los más pequeños en tiempos de pandemia. 

«La pandemia afecta especialmente a niños y adolescentes porque están en pleno desarrollo emocional y afectivo y cualquier interrupción en eso tiene alguna consecuencia», explica Marta Domínguez, psicóloga de El Puente Salud Mental Valladolid. «Ansiedad, miedo, temas de reproducción de conductas, problemas para dormir, rabietas… son reacciones en la que se ve un nivel mayor en frecuencia de intensidad.  En un primer momento podemos decir que son reacciones adaptativas a la situación, a tantos cambios, a tanta información… pero hay que estar alerta por si va a más y tenemos que tomar alguna medida o buscar ayuda profesional», concluye Domínguez.

La pandemia trae consigo infinidad de cambios, uno de los más evidentes es la distancia social. «Una de las cuestiones que más cuesta interiorizar en la infancia es la distancia física. Si en este caso, les damos información segura, adecuada a su lenguaje y sin caer en la sobre información es más fácil que les ayudemos a comprender que esas necesidades afectivas que ellos tienen de abrazos, cariños, besos… los va a cubrir un número menor de personas. Si se da información y se trabaja con ellos es más fácil que lo vayan asumiendo, asimilando y lo puedan luego reproducir», apunta Domínguez.

La población infantil y juvenil se adapta mejor a los cambios, «pero es muy importante desarrollar un proceso de explicación adecuado a su lenguaje y su nivel de compresión», explica Ester González, psicóloga de El Puente.

 

 

 

 

Deja un Comentario