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Alegría, tristeza, ira, culpa… son algunas de las emociones que reflejan unos simpáticos personajes que dan nombre al ‘Juego de las Emociones’, “una herramienta que pretende ayudar a los más pequeños a identificar y gestionar emociones con el objetivo de construir una salud mental en positivo, algo que resulta fundamental para evitar en un futuro desarrollar problemas de salud mental”, explica Laura Gil, coordinadora del área Rural de El Puente.

Uno de los primeros colegios donde se ha llevado a cabo ha sido San Vicente de Paul, en Medina de Rioseco, que ha acogido uno de los primeros talleres que se han impartido para trabajar con ‘El Juego de las Emociones’.

¿Es malo sentir tristeza? No, lo malo, añade Gil, “es no saber identificar esta emoción y dejar que actúe de manera impulsiva”. El ‘Juego de las emociones’, diseñado por Alberto Sobrino, está pensado “para dar herramientas a los niños para que puedan identificar y expresar sus emociones y sentimientos. Por otra parte, ayuda a los adultos (padres, profesores, psicólogos…) a trabajar la educación emocional de los niños y a contribuir al fomento de la imaginación y creatividad de los más pequeños”. Con este juego “se desarrolla la habilidad de escribir historias, narraciones o breves relatos y poder convertirlos en historias de aprendizaje o historias de vida”, apunta Gil.

Este proyecto se enmarca dentro de Mentalizarte 2019, un proyecto de sensibilización a través de diferentes disciplinas artísticas que se lleva a cabo con el apoyo de la Diputación de Valladolid.

Desde El Puente Salud Mental Valladolid se apuesta por una educación basada en los valores, “que trabaje la diversidad y la inclusión y que tenga en cuenta los retos de una sociedad que cambia a una velocidad de vértigo, para que se consiga una salud mental más positiva de las generaciones futuras”. No se trata solo de atender a los que presenten dificultades, sino de explicar las bases para una buena salud mental del conjunto.

Promover la salud mental en positivo en la adolescencia es otro de los retos que asume El Puente. La adolescencia es un momento vital en el desarrollo del cerebro y los profesores pueden ser muy buenos transmisores de una construcción positiva de la salud mental. “No siempre se contaba con herramientas específicas, por lo que vimos la necesidad de implementar una serie de formaciones y sesiones no sólo con el profesorado sino también con el alumnado con el fin de dotarles de nuevas herramientas y una metodología de trabajo que sea más directa”, explica Gil. Para ello, se ha puesto en marcha recientemente la campaña ¿’Todos tenemos salud mental’? que incluye diferentes recursos como la edición de una guía o el juego ‘Explora’ para abordar en las aulas los problemas vinculados con la salud mental y prevenir entre los adolescentes.

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