Daniel Cembrero, psicólogo de El Puente Salud Mental Valladolid, analiza las claves del desconfinamiento: “Debemos ser generosos con los demás, reconocer el esfuerzo colectivo y adaptarnos a la nueva situación”.
La famosa ‘desescalada’ no es nada fácil de afrontar para la sociedad. En apenas unos meses, todo lo que nos rodea ha cambiado, sobre todo en la forma en la que se relacionan las personas con los demás. Se abre un nuevo horizonte en el que las incertidumbres y el inconformismo son el peor enemigo de la salud mental de las personas.
Daniel Cembrero, psicólogo de El Puente Salud Mental Valladolid, explica que las normas están cambiando: “Este cambio lo podemos vivir pensando en lo que perdemos y quejándonos o por el contrario podemos reconocer el esfuerzo colectivo por seguir viviendo, las situaciones nuevas que se crean, las nuevas formas de relacionarnos”.
Cembrero habla de los posibles problemas de salud mental que pueden acarrear los más de dos meses de confinamiento y de ausencia de relaciones sociales: “La evolución de la salud mental de cada persona depende de una combinación de diversos factores externos e internos, es decir, a las circunstancias y a la forma de afrontarlas. El encierro es una circunstancia novedosa para la mayoría de la sociedad y el miedo a una pandemia, también. Por ello podemos ver que a mucha gente le está costando adaptarse a este cambio, ya que no sólo es un cambio temporal fuerte, sino que es una ruptura con las expectativas que teníamos de nuestra sociedad. Por ello es fácil prever un aumento significativo de personas que sufran ansiedad, apatía y depresión. La gente debe saber detectar esta sintomatología en su entorno cercano, ser comprensivo con estas vivencias y recomendar la ayuda de profesionales de la salud mental cuando se considere oportuno”.
Los cambios que está viviendo la sociedad son bruscos. Las calles y las casas, la actitud de las personas… todo ha cambiado si se compara la primera quincena del mes de marzo con lo que ocurre en la actualidad. “La mayoría de la gente desea una vuelta a su vida anterior, mismas rutinas, misma vida social… y esto no va a ser así. Nuestra forma de relacionarnos ya ha sufrido variaciones significativas, por ello es importante que la gente canalice sus sentimientos de miedo o de euforia, y sea responsable, tranquilo y se dé tiempo para interiorizar los cambios progresivamente. La modificación de hábitos es siempre paulatina, debemos ser generosos con los demás y con nosotros mismos.
El psicólogo de El Puente Salud Mental Valladolid lanza una serie de reflexiones y recomendaciones para adaptarse a la nueva situación: “Heráclito ya decía hace muchos siglos que ‘el sol es nuevo cada día’. Y es así, cada día es diferente. Siempre el futuro es cambiante. El cambio suele ser mínimo y no lo detectamos en el momento, sólo cuando echamos la vista atrás, y otras veces el cambio es brusco. Que lo juzguemos como ‘bueno’ o ‘malo’ no nos va a ayudar. Estamos siempre cambiando, controlemos el cambio en lo que esté en nuestra mano, y busquemos la vida que queremos vivir. La prudencia suele ser la mejor guía. No demos por supuesto nada, o no lo que antes dábamos por supuesto. Cuidémonos y cuidemos a la gente que está en nuestro entorno. Esta situación ha pillado desprevenida a todo el mundo, y desgraciadamente, la salud mental de la población no se ha tenido en cuenta, dejando a cada ciudadano responsable de su autocuidado. Como sociedad, debemos dar importancia a nuestra salud mental, reconociéndola, chequeándola, y cuidándola. Teniendo confianza en que podemos disfrutar de la vida, aunque las circunstancias sean adversas y que, con nuestros apoyos cercanos, podemos adaptarnos a las circunstancias, cambiar expectativas y seguir persiguiendo nuestros sueños”.