¿Puede una persona con problemas de salud mental trabajar? Así arrancó el taller sobre ‘Empleabilidad y Salud Mental’ que organizó El Puente Salud Mental Valladolid y que cumplió todas las expectativas de participación. Más de cien personas se acercaron al Centro Regional de Formación y Estudios Sociales (CREFES) para debatir sobre empleo y salud mental.
Este taller, impartido por Daniel Cembrero, psicólogo y coordinador del área de Empleo y Formación, con el apoyo de Mar Pérez, trabajadora social y responsabale del Punto Informativo, se enmarca dentro de los Talleres Monográficos 2018 dirigidos a familiares de personas con algún problema de salud mental. Según Mar Pérez, son ellos los que en muchas ocasiones quieren ayudar pero no saben cómo, con qué recursos cuentan, dónde pueden acudir… El taller, añadió, pretende desvelar estas dudas y aportar información especializada sobre empleo y salud mental con el fin de facilitar la convivencia y contribuir a mejorar la calidad de vida.
Información como la que revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística, donse se ve como la tasa de empleo de las personas con discapacidad por problemas de salud mental es de un 18%, la más baja de todos los colectivos. Según Daniel Cembrero, «tendemos a sobreproteger mucho a este colectivo, impidiendo así su desarrollo personal y por tanto el acceso al mercado laboral». Y está claro, añadió, que un trabajo para una persona con problemas de salud mental contribuye de manera decisiva en su recuperación, es clave para la mejora de la salud mental, además de ser una fuente de ingresos que les permite llevar una vida autónoma».
Por ello, a la pregunta que se lanzó al inicio del acto, la respuesta es un sí rotundo. El problema, añadió Cembrero, es la falta de oportunidades laborales. «Las personas con problemas de salud mental tienen serias dificultades para acceder al mercado laaboral y cuando lo hacen suele ser en un Centro Especial de Empleo (empresas donde como mínimo el 70% de la plantilla tiene que tener algún tipo de discapacidad)». De las 30.000 empresas que hay en Valladolid, añadió Cembrero, 54 son Centros Especiales de Empleo. Este tema generó mucho debate en la sala entre quienes eran partidarios de estos centros y los que veían la necesidad de que este colectivo tuviera las mismas oportunidades para acceder a la empresa ordinaria.
Otro de los puntos que generó un gran debate fue la falta de motivación de este colectivo. Lo primero para que accedan al mundo laboral, explicó Cembrero, es creerse que pueden hacerlo. El tema de la salud mental es uno de los más estigmatizados, las empresas, en la mayoría de los casos, son reticentes a contratar a este tipo de personas y cuando lo hacen destacan el carácter responsable de ellos pero acusan falta de resolución. Según Cembrero, esto ocurre, porque tienen miedo a mostrar demasiada iniciativa porque siguen interiorizando pensamientos como yo no puedo o no voy a valer.
En este sentido, desde el área de Empleo y Formación, uno de los aspectos que más se trabaja, antes de la propia inserción al meracado laboral, es el desarrollo de sus capacidades y objetivos personales. Daniel Cembrero, explicó que el único requisito para que accedan al área es que tengan motivación por el empleo. El resto, añadió, se irá trabajando y perfilando, pero lo realmente importante es que ellos quieran trabajar y que se sientan capaces de ello. A través de itinerarios personalizados de empleo se ofrece asesoramiento y apoyos técnicos con el objetivo de que la persona tenga una vida productiva, autónoma e independiente. En este último año, El Puente, a través del área de Empleo y Formación, ha logrado un total de 140 contrataciones, así como 20 empresas creadas a través del Punto de Autoempleo Incorpora.